El cocuy, licor artesanal de Venezuela que busca destronar al tequila

El Globo News (Miami Dade)

En medio de la crisis económica de Venezuela, un producto busca colocarse en el mercado internacional a pesar de los retos que implica su producción. Se trata del cocuy, un licor artesanal que triunfa en concursos internacionales de bebidas alcohólicas.

La marca Cocuy 7Primos ganó una medalla de bronce en el London Spirits Competition 2022, mientras que el productor Magno ganó dos medallas de plata en el New York International Spirits Competition 2021.

El destilado se ha impuesto por encima de otros licores populares, como el tequila.

El cocuy es un licor destilado originario de Venezuela que se obtiene a partir del procesamiento del tallo homónimo, cabeza o cormo de la especie vegetal Agave cocui, planta autóctona del trópico seco suramericano, extraída por los campesinos artesanos de la vegetación natural principalmente en los estados Lara y Falcón, en el occidente del país.

Este licor “genuinamente venezolano”, suele producirse con una alta graduación alcohólica y de acuerdo a las características de la zona dónde se lo elabora, aporta notas aromáticas y gustativas muy especiales. Es por ello que ha ido ganando un lugar en los certámenes internacionales.

Los productores de cocuy deben sortear toda clase de obstáculos para producir una cantidad limitada de la codiciada bebida. Los cultivos silvestres del agave escasean y cada planta requiere hasta una década para madurar.

Es por estos retos que el cocuy se ha convertido en un producto exótico que puede venderse por un precio de entre 18 y 60 dólares, mientras que su producción tiene un costo promedio de 12 dólares, sin contar los gastos relacionados con la comercialización.

Pocos conocen que el cocuy genuino es realmente un licor muy exclusivo. La planta de la cual se elabora, es una especie con un sistema reproductivo que dificulta su cultivo extenso lo cual reviste una limitación importante para la producción del cocuy en grandes cantidades. Aunado a esto, el Agave tarda aproximadamente unos ocho años en llegar a la madurez necesaria para poder ser utilizada en la elaboración del destilado.