FLORIDA ES FASCINACIÓN PARA LOS LATINOS

MIAMI. –La del “sueño americano”. Florida, por aquí comenzamos. En nuestros países de origen, primero fue una idea, algo que poco a poco se fue convirtiendo en un propósito.
Qué nos espera. No sabemos. Una esperanza. Una ilusión. “Allá en el gigante del norte hay oportunidades… hay trabajo. Si le ponemos corazón, prosperaremos. Nos compraremos una casita. Adquiriremos nuestros vehículos y los muchachos podrán estudiar”.
Y al fin con un suspiro de esperanza, pero también con angustia y temor, tristeza por los que se quedaban y los viejitos de la casa con el llanto en los ojos, nos decidimos, despegamos y los que pudimos, llegamos.

Florida es sol, playas, expressway, centros de compras, avenidas, calles, Carreteras, casas desfilando por nuestras asombradas pupilas… “Sí se parece a lo que dejamos atrás”. Pero todo es más grande y organizado. La realidad nos enseña que todos tenemos que salir a trabajar, hasta los más chiquitos, porque los “billes” hay que pagarlos y puntualmente.
Pero está cambiando, porque se ha construido tanto, ha venido y sigue llegando gente de todas partes, que hasta se dan el lujo de comprar “cash”. Y todo está subiendo de precio y se hacen inalcanzables algunas cosas. La explosión demográfica tiene lugar ahora hacia el sur y oeste de Kendall.
Gracias a Dios que hemos aprendido y ya tenemos compañías y empresas de servicio. Trabajamos por cuenta propia, pagamos impuestos y cada día somos más importantes como comunidad. Ya que nuestros negocios, los creados por latinos, han crecido muchísimo.

Y lo mejor es que se siguen multiplicando, lo que certifica nuestro rápido crecimiento hasta el punto que se nos toma en cuenta porque estamos contribuyendo con el progreso, desarrollo económico, cultural, educativo y engrandecimiento de esta gran nación que se reconoce como Estados Unidos de América. Somos hasta bilingües y hemos logrado con orgullo que hasta los mismos “gringos” quieran aprender a comunicarse en nuestro idioma español.
Tenemos gente incursionando no solo en política, sino encumbrándonos cada vez más en importantes cargos en los gobiernos, en el senado y en la cámara de representantes. Ya nos contamos por miles en las escuelas, academias y universidades. Esa debe ser nuestra consigna: estudiar. Prepararnos en carreras cortas y técnicas. Que nuestros hijos trabajen, pero que por encima de todo estudien, se gradúen, obtengan su diploma en lo que aspiraron.

Nuestras banderas, las banderas de los latinoamericanos, flamean triunfales, ondean exitosas, no solo aquí en el norte grande, sino en la chica, porque desde nuestros más apartados y añorados “pueblecitos”, llegamos con nuestra consigna, que nuestro esfuerzo y sudor, convirtió en doctrina: “Allá trabajábamos para vivir, sembrábamos; aquí en Florida, vivimos para trabajar, cosechamos”.